25 de octubre de 2010

Llamado a Silencio


                         Porque todo final abierto merece, aunque sea, un cierre simbólico.


- ¿Y, lo encontraste? - preguntó Allegra con el rostro tenso y la voz velada.
Su amigo Octavio simplemente movió su cabeza, confirmando lo que ella tanto temía... no lo había encontrado.
- No puede ser, no lo entiendo, hace varios días que venimos en esta búsqueda. ¿Llevas la cuenta vos?
Manteniendo su postura derrotista y resignada, Octavio negó nuevamente con su cabeza.
- Esto es muy fuerte, todo lo tengo que hacer yo: contar los días, preguntar a los vecinos si lo han visto, llamar a nuestros amigos, conocidos y familiares por si está en alguna de sus casas, crear estrategias para encontrar una solución a esto.
En medio de un prolongado silencio ambos se observan, se miran directamente a los ojos, sus labios permanecen sellados. Allegra siente un nudo en la garganta y sus ojos, ahora vidriosos, abandonan los de su amigo para evitar que la vea llorar. Octavio baja la comisura de sus labios, piensa en abrazarla y contenerla, pero un pensamiento más fuerte que la energía física no le deja cumplir su deseo.
- A veces pienso que son 5, 6 o 7 días pero... por momentos parece que fuera un mes o un año... comienzo a dudar si realmente existe o nuestra búsqueda es sobre un sueño, un delirio, algo que quizá nunca existió.
Octavio no emite palabra, agacha su cabeza y fija su mirada en el piso desgastado del cybercafé, donde ambos se encuentran “googleando” el objetivo de su intrincada búsqueda.
Allegra intenta comprender la desazón e incertidumbre que dejan los finales abiertos moviendo sus piernas, ondeando su pelo con un dedo y comiéndose las uñas a escondidas.
De repente algo ilumina su mente y su corazón, se incorpora en un salto sobre la silla, apaga el monitor de la PC y con una mano lleva el rostro de su amigo para que sus ojos retomen contacto nuevamente.
- Octavio... ya lo entendí... me llevó algún tiempo comprender el significado de tus palabras al decirme: “Allegra, me he llamado a silencio”.
Ambos miran el monitor, ahora reflejando, en ese profundo negro, sus rostros distantes y llenos de comprensión. Abandonan su búsqueda y cada uno sigue su camino, pues ya no hay motivo para googlear: “se busca a silencio”.

1 comentario:

  1. Estimada Ninfa de las Aguas: tus relatos tienen ese halo de misterio que tanto seduce en lo que tiene un desarrollo breve, sugiriendo más que diciendo. Dejas en el lector plantada la semilla de la duda removedora, de la que nacen múltiples interpretaciones, cada una propia de la sensibilidad de quien lo recibe. Nada como la imaginación cuando se echa a volar.

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