27 de octubre de 2010

ADN: en el Amor Danzamos Nosotros



Ya lo había dicho, convencida y con el alma puesta en ello, siguiendo la certeza que sólo trae la intuición: “sumergiéndome en el mundo de la música aparecerá el amor en mi vida”.
Estuviese escrito o no, en el viento, en su alma, en la vida, en el destino... vaya uno a saber en qué páginas se imprimen las palabras del Universo. Pero era cierto.

Ella se encontraba sentada en la sala de ensayo, tranquila y abstraída del mundo exterior, con el violonchelo entre sus piernas, apoyada el alma de éste en su externón, sosteniendo su cuerpo con sus piernas y acobijando con sus brazos el puente que conduce la magia del mundo visible hacia el invisible.

Él, lejos de allí, estaba sentado en la orilla del río que lo vio crecer durante su infancia y, sin prisa, miraba su rostro reflejado en él. Cabizbajo y meditabundo se preguntaba cómo la cadena de eslabones de su vida podría haberlo conducido hasta ese sentimiento de soledad y vacío, cuando en realidad siempre había estado buscando su Otra Parte.
Absorto en el ocaso se sorprendió al ver que, en el agua, se originaban ondas sin motivo aparente y, de la nada, emerge un elemento que no lograba reconocer. Se acercó sigilosamente, temiendo que aquello, ante su movimiento, pudiera desaparecer. Sintió una extraña vibración en su pecho, un desconocido temblor en sus oídos, un nuevo palpitar en su corazón. Ante Él se materializaba una... dos... tres... infinitas notas musicales. Comenzaron a cristalizar un ADN sonoro-visual que lo abrazó en su danza. Se rindió a la voluntad de este baile y comenzó un viaje sin propósito ni tiempo, confiando en la sangre efervescente que recorría sus venas.

Ella rascaba las cuerdas con el arco sintiendo que con cada vibración algo, no muy lejos de allí, tomaba forma, color, aroma, gusto, sonido y movimiento.
Un golpe la estremece y abriendo sus ojos entra nuevamente al mundo visible, tomando contacto con un escenario siempre buscado, esperado y ahora encontrado.
Se abre la puerta de la sala y se ve invadida por el aletear de múltiples mariposas, las que acarician su rostro y mirada, revuelven su pelo e ideas, suavizan sus palabras y dudas, e invitan a la acción con su movimiento.

Ella y Él, las otrora Otras Partes, ahora fundidas en una sola, renacen en el pentagramas del anhelado amor. Ahora vibra en su Universo el Valor y Fe que regala, a las almas confiadas y aventureras, el camino recorrido por la música y el vuelo de las mariposas.

25 de octubre de 2010

Llamado a Silencio


                         Porque todo final abierto merece, aunque sea, un cierre simbólico.


- ¿Y, lo encontraste? - preguntó Allegra con el rostro tenso y la voz velada.
Su amigo Octavio simplemente movió su cabeza, confirmando lo que ella tanto temía... no lo había encontrado.
- No puede ser, no lo entiendo, hace varios días que venimos en esta búsqueda. ¿Llevas la cuenta vos?
Manteniendo su postura derrotista y resignada, Octavio negó nuevamente con su cabeza.
- Esto es muy fuerte, todo lo tengo que hacer yo: contar los días, preguntar a los vecinos si lo han visto, llamar a nuestros amigos, conocidos y familiares por si está en alguna de sus casas, crear estrategias para encontrar una solución a esto.
En medio de un prolongado silencio ambos se observan, se miran directamente a los ojos, sus labios permanecen sellados. Allegra siente un nudo en la garganta y sus ojos, ahora vidriosos, abandonan los de su amigo para evitar que la vea llorar. Octavio baja la comisura de sus labios, piensa en abrazarla y contenerla, pero un pensamiento más fuerte que la energía física no le deja cumplir su deseo.
- A veces pienso que son 5, 6 o 7 días pero... por momentos parece que fuera un mes o un año... comienzo a dudar si realmente existe o nuestra búsqueda es sobre un sueño, un delirio, algo que quizá nunca existió.
Octavio no emite palabra, agacha su cabeza y fija su mirada en el piso desgastado del cybercafé, donde ambos se encuentran “googleando” el objetivo de su intrincada búsqueda.
Allegra intenta comprender la desazón e incertidumbre que dejan los finales abiertos moviendo sus piernas, ondeando su pelo con un dedo y comiéndose las uñas a escondidas.
De repente algo ilumina su mente y su corazón, se incorpora en un salto sobre la silla, apaga el monitor de la PC y con una mano lleva el rostro de su amigo para que sus ojos retomen contacto nuevamente.
- Octavio... ya lo entendí... me llevó algún tiempo comprender el significado de tus palabras al decirme: “Allegra, me he llamado a silencio”.
Ambos miran el monitor, ahora reflejando, en ese profundo negro, sus rostros distantes y llenos de comprensión. Abandonan su búsqueda y cada uno sigue su camino, pues ya no hay motivo para googlear: “se busca a silencio”.

18 de octubre de 2010

NUEVO JARDÍN



Estoy una vez más merendando junto a mis compañeros en el jardín de infantes. El lugar es hermoso, lleno de juegos, colores, láminas y cosas nuevas... pero hay algo que, definitivamente, no me gusta: mi maestra. Y ya van a ver por qué.
Me divierto mucho junto a mis amigos, me maravillo con nuevos descubrimientos, me invitan a su casa y nos divertimos. En el jardín lo que más me gusta son los festejos de cumpleaños, donde comemos cosas que en casa no hay habitualmente y podemos hacer lo que queremos.
- ¡Ay, Ana Claudia! ¡Otra vez lo mismo! - mis ojos se abren de par en par y no puedo creer sentir tanta vergüenza y miedo juntos. Mi cabeza no se mueve, mi cuerpo no se mueve, quiero hacerlo y no puedo, estoy paralizada... sólo mis ojos actúan como radar para corroborar lo que tanto temo... todos mis compañeros están mirándome fijamente, algunos sorprendidos y otros riéndose. En este momento quisiera que viniera una hechicera y, haciendo un conjuro, lograra desaparecer a la maestra... o bien volver el tiempo atrás y hacer como que nada ha pasado.
- Sos tonta, te lo dije, siempre hacés lo mismo. ¡Ya mismo levantas la Crush del suelo! - dice la maestra desde allá arriba, casi tocando el techo con su cabeza, ceño fruncido, boca tensa y palabras que lanzan dardos que aciertan en su objetivo, mi corazón.
A pesar de mi parálisis logro mover mis ojos y verla directamente a los suyos. Lo único que siento en este momento es que me hierve la cara, me hace burbujitas el cerebro y las manos, mis pies y piernas vibran y mi estómago es un volcán de lava ardiente. Con todas mis fuerzas deseo que esta bruja, mi maestra, se transforme en un bicho indeseable para que sufra lo que yo siento.
- ¡Ja ja ja miren, miren! ¡A la maestra se le cayó todo el pelo y le crecieron las orejas y tocan el suelo! - exclamaba entre asustado, sorprendido y divertido mi amigo Gonza, mientras iba juntándose montones de pelo en el piso y observándose una arrugada cabeza calva.
- ¡Puajjjj qué asqueteeeeeeeeeee! Nunca vi nada tan feo. Ohhh, ahora le creció una trompa con escamas... y... ¿qué es eso? - no caía en la realidad de lo que veía mi amiga Lucía, mientras la maestra estaba muda y con los ojos desorbitados.
- Eso es... pa... qué raro... ¿es como una vieja sin dientes, no? Y atrás le salió una cola de chicle a la que se le están pegando los pelos... uy... ¡que feo! Ja ja ja.
Mis amigos y yo estábamos sorprendidos y divertidos con tal espectáculo. La maestra se había convertido en un bicho desagradable y pequeño, ahora tenía casi nuestro tamaño y no hablaba ni se movía.
- ¿Que sientes con esto, bicha fea? Uy qué divertido es pegarle los papeles de colores en la cola. ¡Vamos, vamos! Yo le voy a hacer una cola loca! ji ji ji - se divertía Manuel y nos instaba a acompañarlo en ese juego.
- ¡Ah, dale, buenaso! Yo le voy a hacer nudos en las orejas porque quiero que sea como un bicho que vi en la tele... porque a mi me parece que es sorda... ¿no escucha, no? Como no se mueve... Hey, bo, bicha loca, ¿me escuchas? - provocaba Facu mientras saltaba divertido a su alrededor y pinchaba a nuestra ex maestra con los lápices de colores.
- Si... parece sorda y muda... pero... shhh... ¡esperen, esperen! Creo que veo algo... ¡Sí, veo algo! ¿No lo ven? - exclamé mientras me acercaba a los ojos de ese ser extraño y repugnante. Descubro en ellos lágrimas que comienzan a brotar sin cesar y, en el fondo, me veo a mi misma con cara de desconcierto, sin terminar de comprender el daño que le estábamos haciendo con mis compañeros a ese ser que se encontraba indefenso y sin poder comunicarse. Mis amigos también lo ven y, al igual que yo, sentimos un profundo dolor y tristeza por cómo la hicimos sentir mientras nos burlábamos de ella.
- Esperen... yo conozco unas palabras mágicas que me enseñó mi abuela y borra los errores que cometimos por ignorancia y sin intención. ¿Están de acuerdo? - dije un poco nerviosa porque hacía mucho no usaba ese truco, ya que últimamente mis errores eran a conciencia.
- ¡Sí! - dijeron todos a coro.
- No queremos que se sienta triste y llore... no queríamos hacerle daño pero no nos dimos cuenta de lo que hacíamos... queremos que sea feliz y pueda jugar con nosotros - reflexionó Martina mientras sus ojos quedaban vidriosos.
En medio de una nube de polvo y viento comenzó el viaje para traer nuevamente a la maestra con nosotros.
- “Porque una palabra hiriente y proferida sin pensar, deja más huellas que una estaca en el pecho. A ti te regalo las palabras mágicas para que vuelvas a ser tu misma y guardes en tu memoria este sentimiento: COMPASIÓN, TOLERANCIA Y RESPETO”.
Al finalizar el conjuro se aquietó el huracán que había azotado el salón y nuevamente teníamos nuestra maestra frente a nosotros, con una mirada dulce y comprensiva, sonriendo pacíficamente.
- ¡Chicos! ¿Pero qué fue lo que pasó por nuestra clase? ¿Nos visitó un tornado y yo no me di cuenta? - exclamó en un tono divertido y juguetón.
- ¡Vamos! ¡Tenemos que poner en orden este lugar porque les tengo una sorpresa! El que termine primero se lleva el premio aunque... tengo premios para todos ji ji ji - sonreía divertida nuestra “nueva” maestra.
Nos miramos en silencio y de manera cómplice con mis amigos, y en medio de una fiesta de música y colores, ordenamos todo lo que la magia había sacado de su lugar... ¿o puso donde debía estar?...

17 de octubre de 2010

OJOS DE MISTERIO Y LOS PEAJES




Ojos de Misterio relata las particulares vivencias de su amiga Caia, quien se desempeña como trabajadora en unos originales peajes, los que conectan el Mundo Exterior con el Interior, así como el Terreno Consciente con el Inconsciente, el Área de la Luz y el de la Sombra.
Menciona que su amiga es responsable por el cobro en la entrada y salida de estos lugares, debiendo estar siempre atenta a la coordinación de éste con el acceso a través del semáforo. Entiéndase: Luz Roja - Acceso Denegado / Luz Amarilla - Acceso momentáneamente detenido / Luz Verde - Acceso Otorgado.
Dentro de sus tareas y responsabilidades se encuentra la evaluación de aquellos móviles que provienen del Mundo Exterior, La Conciencia o La Luz, tales como camiones cargados de escombros, adoquines y cementos; camiones con grúas que transportan automóviles; ómnibus repletos de pasajeros (algunos deseosos de quedarse en la nueva ciudad, no les importa si Mundo Interno, Inconsciente o Sombra; otros con deseos de conocer nuevos lugares y retornar cuanto antes); autos veloces y última generación que no respetan reglas ni normas; autos lentos y destartalados que suplican pasar el peaje para encontrar un taller que los repare.
Caia ha tenido varios encuentros catárticos con Ojos de Misterio, descargando así parte de sus frustraciones y lamentos, puesto que su trabajo es agotador, debiendo estar lúcida y despierta para evaluar los ingresos, porque ante el menor descuido hay quienes se aprestan a atravesar rápidamente rompiendo las barreras de acceso.
Sabia y humildemente, Caia, pide ayuda a otras personas para poder desempeñar su trabajo correctamente, puesto que no es fácil abrir el peaje hacia el Terreno Consciente, cuando el móvil que viene del Terreno Inconsciente es dificultoso o pesado. Hay pasajeros que vienen del Área de la Luz y quieren ingresar al de la Sombra para así conocerlo, ya que les han dicho que en apariencia es sombrío y desértico, pero confían en su intuición que les dice es misterioso, enigmático, rico y vasto.
Algunos que se reconocen aventureros, expedicionistas o arriesgados, se animan a solicitar que Caia encienda la Luz Verde y baje la barrera para su ingreso... pero este trámite no es fácil. Ésta estudia detenidamente el caso y les previene sobre lo que implica entrar en esta área, puesto que si no vienen provistos de los recaudos y herramientas necesarias, pueden quedar presos en este lugar, desorientarse o perderse, o bien salir escapando como si de un enemigo se tratase, jurando no volver nunca más a tomar contacto con éste, lo que reviste gran seriedad.
Cuando Caia recurre a alguna ayuda externa para evaluar un caso difícil, alguien preparado debidamente para ello, el trámite sigue su curso con menos dificultad, puesto que se colocan luces y conos luminosos en el camino, se señaliza adecuadamente la ruta, se cuelgan carteles con indicaciones en sus bordes, se anticipan las zonas borrascosas, las de malezas, áreas de animales sueltos, troncos caídos, parches y agujeros en el pavimento, y, sobre todo, ante un corte de ruta o abismo.
Caia ha conocido colegas de otros peajes, en territorios ajenos al suyo, que no han pedido ayuda cuando la necesitaban y es así, que hubieron fatalidades, como pasajeros que cayeron de peñascos, choques frontales por ausencia de luces o señalizaciones adecuadas, otros ahogados por caída de puentes, alguna que otra víctima de secuestro a mano armada por ladrones que se escondían en la oscuridad del bosque.
A lo largo de su trayectoria ha aprendido a reconocer en el rostro de los pasajeros, cuando esperan a la luz correspondiente ante la barrera, sus estados de ánimo y motivaciones para emprender este viaje. Los hay inquietos, ansiosos, maníacos, frenéticos, impulsivos, irreflexivos, temerarios, alocados; también los hay dubitativos, inseguros, indecisos, pasivos, lentos, meditabundos, pensantes, calculadores, estrategas; y los hay temerosos, angustiados, preocupados, paralizados y obligados. Pero Caia, sobre todo, ha logrado identificar el cambio de estos a su regreso, porque sea como sea que vuelvan, nunca nada es igual.
Antes de levantar la barrera se asesora a los pasajeros respecto a las características del camino, se hace entrega de un mapa con las rutas, lugares de acceso y descanso, números de emergencia en caso de ser necesario, se agradece su deseo de emprender esta travesía y se enfatiza que ésta siempre es para bien.
Lo que sí es norma para Caia, explica para finalizar Ojos de Misterio, es que toda vez que un viaje ha tenido éxito, no se cobra el peaje de salida, puesto que se premia a los viajeros que, con valor y coraje, han emprendido este riesgo en la aventura y salen fortalecidos, como verdaderos campeones de las sombras.

OJOS DE MISTERIO Y EL REINO DE PAZ


         Ojos de Misterio cerró el libro de tapa roja, ensimismada, atónita... el mundo de maravillas que vivía y sentía desde niña, realmente existía, no era la única con seres extraordinarios acompañando sus pasos, hablando el lenguaje del silencio y los sueños... ahora conocía a Ojos de Cielo y Ojos de Fuego, aunque fuese a la distancia real y en su alma.
Su miedo ancestral, aunque quizá trillado y conocido, era el temor a ser “diferente”, aún sabiendo que todos lo somos y que no hay posibilidad de escapar a ello. Este miedo había sido su aliado por muchos años y asumía las más diversas formas: a veces era una dama oscura llamada Soledad, otras era una pequeña inquieta llamada Ansiedad, rutinaria y puntualmente aparecía los domingos, a las 19.00 horas, y algunas noches, para opacar el sabor del mate, la viejita de ceño fruncido Tristeza. Ojos de Misterio sentía su presencia y no necesitaba mediar palabras con estos acompañantes... pero últimamente la había estado visitando una señora gorda y pesada... muy pesada... que hacía temblar el piso y vibrar los vidrios con su caminar, lento e invasivo... y se había dado a conocer, frente a ella, como Asfixia, también conocida como “Tocar fondo u Oportunidad para renacer”, para los más entendidos.
A veces sentía la tentación de contarle a sus amigos o familia que la visitaban estos seres, buscando apoyo o comprensión, pero siempre se interponía en ese momento aquel personaje indefinido... alto, delgado, tembloroso, inestable... que dice llamarse: Duda. Lo que sí era cierto es que una vez que llegaba era para quedarse, porque dejaba traslucir que al estar instalado ya no podía abandonar fácilmente su nueva morada. Ojos de Misterio sentía una particular rabia e incomodidad frente a la Duda, sintiendo deseos de rebelarse y echarla para siempre de su lado... pero no era fácil y tenía miedo a sufrir, a sentirse incomprendida y juzgada, por lo que invitaba a participar de este encuentro a la Comodidad. Algo que resultaba llamativo es que para esto, Ojos de Misterio, debía tener siempre comida a su alcance, puesto que estas dos “invitadas” no toleraban una visita sin alimentos para ingerir, y si esto llegase a pasar, se debía pagar con creces, puesto que Ansiedad venía más hiperkinética que nunca! Y no la dejaba siquiera dormir por las noches, obsequiándole unas buenas ojeras y caída en la comisura de los labios, a la mañana siguiente.
No creía en las casualidades, siempre sintió que detrás de todo lo visible, de este mundo cotidiano, había fuerzas invisibles que guiaban nuestros acontecimientos. Por esto había tenido una larga y profunda conversación con sus ojos, hacía algunos años, e hizo un pacto con ellos: “Seamos socios, camaradas, prometamos ser honestos y comunicarnos siempre la verdad”. Ojos de Misterio había oficiado de mediadora en este contrato, puesto que la demanda provenía de Corazón y sellaron éste con el nombre “Ojos del Alma”, y las partes se hacían responsables por actuar en función de la Verdad. Fue gracias a este pacto que había llegado a sus manos, y a su vida, este tesoro, ese magnífico libro de tapa roja, con la intervención de varios ángeles en el camino, algunos reencarnados en seres conocidos por ella, algunos hombres, otras mujeres, de carne y hueso; otros con palabras que volaban con los vientos, otros lágrimas en rostros conocidos, algunos camuflados en situaciones difíciles, pero que una vez transitadas, se mostraban con toda su autenticidad y alegría.
Había vivenciado experiencias super ultra recontra archi mega secretas, que nunca hubiera podido imaginar que existían en la realidad, puesto que solamente en películas y libros había accedido a esa información, sintiendo una profunda atracción por sumergirse en ese universo de magia y misterio. Y así fue que comenzó su duro enfrentamiento con varios personajes como el miedo a Soledad, a la que “derrotó” haciéndola su amiga, compartiendo hermosos momentos con ella, y se dio la oportunidad de conocer que ésta era íntima amiga de Sabiduría y Conciencia, las que a su vez le prometieron, que a su debido momento, le presentarían a Paz, quien era una reina de infinita belleza y añorada por todo el mundo; estableció horarios y formas de visita de la niña Ansiedad, la que sólo podía acudir cuando Ojos de Misterio la llamaba, y bajo la forma de Energía Positiva, Impulso y Motivación; Asfixia sintió que ya no había lugar para ella en su vida, por lo que se despidió, pidiéndole que nunca olvidase que una vez estuvo a su lado para recordarle que iba por la senda equivocada, y que su verdadero nombre era “Renacimiento y Transmutación” y que ahora se podía retirar tranquilamente; y convirtió a Tristeza en un oráculo, puesto que le traía mensajes atemporales, del pasado y futuro, consultándola con sumo respeto y escuchándola junto a Ojos del Alma.
Así es que, a Ojos de Misterio, se revelaron sus dos compañeros de camino incondicionales: Amor y Felicidad, quienes la acompañaron hasta su encuentro con Paz, reinando con su Luz en el camino por esta vida.

LA MARIPOSA DE DIOS




Conozco una mariposa triste, atormentada, confusa y desamparada.
Cualquiera que la viera pensaría que su pesar no tiene razón de ser, puesto que es bella, radiante, con amanecer en los ojos, pero viste solo dos colores.
Las personas que la ven admiran su belleza, el azabache de la cara posterior de sus alas y el blanco puro y luminoso de su interior.
Cuando vuela a posarse en tu mano te deslumbra con su luz, te regala vida y aroma a esperanza.
Cuando su vuelo es de despedida impresiona por la seducción de su oscuridad, atrapa su misterio y hace imposible el dejar de pensar en ella:
¿adónde vas con tu pausado volar?
¿sabes que se extraña tu luz cuando se apagan tus alas?
¿alguna vez podrás crear otro color en tu vestir?

Conozco una mariposa feliz, magnífica, extraordinaria y extasiada.
Cualquiera que la viera sentiría que Dios se camufla en ella, es deslumbrante, parece que con su fluir es Una con la vida, llena de canciones, colores y danza.
Las personas que la ven se sienten invadidas con su presencia, no logran comprender cómo despierta emociones tan fuertes y encontradas, por un lado el éxtasis del agradecimiento por vivir para ver esa maravilla, y por otro, la desesperación de que quizá sólo sea una ilusión y que la caída será estrepitosa si desapareciera.
Cuando emprende su retirada lo hace de manera frenética, alocada, radical y fulminante, por lo que es imposible dejar de preguntarse por ella:
¿volverás y serás real?
¿podrás traer un color que no encandile nuestros ojos?
¿si encuentras tu centro podras regalarnos un suave y esperanzador gris?

Conozco una mariposa que renació ante los ojos del Universo.
Ella no quemó solamente sus negros y bailó en sus blancos, sino que se arrastró por el polvo del caos, las heridas abiertas de la sombra, la sangre seca de los malos recuerdos, tocando el fondo de la nada, cuando todo es oscuridad y a la vez es luz. Agonizó, desgarró, gritó, lloró, imploró, pidió perdón y juró nunca volver a ser la misma mariposa, hizo un pacto en nombre de su crisálida, como símbolo de su resurrección, jurando recordarla siempre que buscara los extremos intocables.
Dios tuvo piedad de su amada hija y le encomendó una misión:
serás una mariposa gris esperanza, gris resurgimiento, gris despertar, gris salvación, gris amor incondicional, porque en el gris están el perdón, la liberación, la resolución, la ceniza que contiene la pasión aún encendida del fuego, el intenso blanco que ilumina la vida
y el sabio negro que trae nacimiento con la muerte”.

TENTUS, EL PULPO MALABARISTA




En la Era de los dinosaurios todo parecía transcurrir tranquilamente y sin prisa, moviéndose el mundo al paso de las enormes patas de estos seres descomunales. El globo terráqueo tenía dimensiones gigantescas, mucho mayores que la que conocemos hoy día, y allí todo era en mayor escala. Los árboles tocaban el cielo con sus ramas, las raíces absorbían el fuego del centro de la Tierra, las nubes surcaban los suelos y se unían con los océanos, todo parecía ser Uno.
En este mundo sin límites precisos intentaba poner equilibrio en su vida Tentus, el Pulpo Malabarista. Era dueño de los copos de nieve de la cima de la montaña más alta de la región, Pico Lucero, y ejercía su profesión desde que tenía uso de razón, si es que en algún momento se tiene uso de ésta. Con cada caída y destrozo de los copos, fruto de su torpeza y falta de concentración, recordaba como su padre, un pulpo malabarista retirado, le había enseñado a tolerar la frustración y volver a intentarlo, aún después de pasar horas de llanto y casi resignación.
- Ayyyy me cacho!!! - refunfuñaba Tentus al colgarse nuevamente en el horizonte, extasiado por el misterio del atardecer y dejando caer un copo de nieve al suelo.
- Ayyy me cachoooooooo - repitió otra voz.
Moviendo la cabeza en todas direcciones, cual lechuza que varias Eras después habría de existir, intentó visualizar al protagonista que hizo eco de sus palabras.
- No, vos no te cachás! Me cacho yo que se me cayó un copo de nieve! - Tentus no gustaba compartir sus frustraciones ya que era muy responsable, sabía que sus errores eran de su autoría y él debía enmendarlos.
- Ji ji ji Tentus... Tentus... Tentus... no cambias más. ¿Cuando vas a darte cuenta que es imposible mantener el equilibrio cuando todo está patas para arriba? Y encima quieres hacer malabarismo con algo tan volátil como la nieve... ya te quiero ver haciendo esto en el verano - sonreía burlonamente, desde la base de Pico Lucero, Yenis, la Hiena de cemento.
El pulpo sabía que, para ejercer su profesión, como él quería, debía tolerar las pruebas que el destino le deparaba con oponentes camuflados, como una hiena de cemento.
- Y... ríete tu mientras puedas, porque “el que ríe último ríe mejor”. Aún no he sacado mi última carta oculta bajo mis tentáculos - mencionó pausadamente mientras recomponía el copo desintegrado.
- Eh... ¿qué tienes entre manos? Digo... ¿entre tentáculos? Acá sólo vives tu y estos haraganes dinosaurios, que con solo verlos a una le dan ganas de arrancarse los pelos del cuero... si los tuviera. ¿A quien vas a demostrar tus “habilidades”? Ah! Siempre y cuando sea invierno! - provocaba cada vez más insolente Yenis.
- Mañana, una hora después que se oculte el sol, eleva tu mirada al cielo y te sorprenderás con algo que no serán las estrellas... aprovecha el día de hoy para hablar porque ya no tendrás voz que irriten los nervios ajenos - dijo Tentus, dubitativo en su interior, pero seguro en su exterior.
Yenis pasó enroscada en sus pensamientos toda la noche para poder descubrir el secreto de ese ser gelatinoso y despistado. A pesar de estar hecha de cemento, la hiena tenía sentimientos encontrados, a veces sentía curiosidad y, por momentos, descreimiento.
Llegó la hora citada por Tentus y Yenis ya no podía mantenerse quieta por dentro, deseando ser de carne y hueso para expresar su inquietud.
Extiende su mirada al cielo y ve, entre las ramas de los árboles y las nubes tornasoladas por la retirada del sol, un espectáculo nunca imaginado. Ante ella se desplegaba, en ese cielo irreal, una puesta en escena conformada por los espíritus de los seres circenses de la Era de los Dinosaurios, y escucha al Maestro de Ceremonias:
- Cuadrúpedos y cuadrúpedas, bípedos y bípedas, alados y aladas, mamíferos y mamíferas, altos, bajos, gordos, flacos, reales y fantásticos, los de este tiempo y los de otros tiempos: ante ustedes se presenta el Reality Show de la Era de los Dinosaurios, en horario Prime Time, contando con la participación estelar de Tentus, el Pulpo Malabarista que concursará para lograr el equilibrio de este Universo!!! Junto a él estarán Tilín, el pez linterna, encargado de la luz universal; Peter, el pterosaurio volador, estando a cargo de la libertad de conciencia; Sak, la serpiente, deseosa de despertar la sabiduría, la unión eterna, el volver a comenzar; Draco, el dragón lanzallamas que con el fuego de su conocimiento quema los obstáculos e inspira fuerza en el renacimiento y Oma, la eterna viajera invisible de todos los tiempos, que nos visita desde las profundidades del Universo, coordinadora del equipo antes presentado.
Yenis no daba crédito a la magnitud de tal espectáculo y se sorprendió a sí misma sintiendo ganas de ser partícipe del mismo. Sintió tristeza al recordar cómo había intentado desmotivar a Tentus para que no confiara en sí mismo, dándose cuenta que en realidad ella quería ser como él: inocente, espontánea, confiada y alegre, cumpliendo su misión en la vida. Se sintió más concreta y de cemento que nunca... aunque... algo en su interior parecía resquebrajarse. Comenzó a sentir un intenso miedo puesto que no conocía esta nueva sensación... y cuando menos se lo esperó ¡comenzó a nacer luz de su boca, ojos, nariz y pecho!
En ese momento aparece Tentus, saltando y riendo, excitado por el nuevo acontecimiento.
- ¡A ver si puedes alcanzarlo! - le incita Tentus lanzándole un copo de nieve.
Yenis, en un acto reflejo, atrapa el copo con su pata, ahora llena de pelos, garras, colores, olores y movimiento. Intenta evitar el nudo en la garganta al comprender que, en ese preciso instante, por primera vez en su vida estaba viva, pero cede ante la emoción y sus lágrimas derriten parte de la nieve.
- Perdón Tentus... mi intención no fue hacerte daño y soy feliz al verte cumplir tu sueño... te agradezco me hayas demostrado que, a pesar de haber nacido de cemento, ahora cayó mi armadura y estoy naciendo a la vida.
Tentus la observa conmovido y maravillado ante la belleza de la verdadera Yenis, una hiena de suave pelaje, formas sutiles y encantadoras, luminosa en sus palabras y mirada.
- ¡Bienvenida a nuestro espectáculo Yenis! El mundo te estaba esperando y siempre supe que tu serías mi compañera en este camino.
Y así, en este mundo del tiempo sin tiempo, surge la leyenda en la que una vez, un pulpo malabarista y una hiena, enamorados, lograron reestablecer el amor y equilibro en el Universo.

ONDINA AZUL


- Mmm... qué hermoso día! Pensó Ondina Azul, una hada del agua, que en ese preciso momento despertaba a la vida, acunada en una gota cristalina que se había desprendido de una cascada de agua diamantina que emergía en un claro del bosque. Su pelo ondulaba con la brisa ágil que se escabulle entre los pinos, sentía calor y movimiento en sus delicadas alas, liberando un mágico polvo brillante en su aletear. Se despereza y se infunde de vida en un amplio bostezo.
- Bien... mi vida dura exactamente un día (49 horas en el bosque mágico de las hadas) y he venido a cumplir una valiosa misión.
Comienza a mover sus frágiles piernitas sintiendo el fresco césped en sus pies. Busca con sus ojos violetas e intuitivos a quien será el objetivo de su deseo.
- Ahí estas! Sentía que te encontraría en poco tiempo, me has estado esperando un largo tiempo, pero todo llega en el momento justo. Hey! Castor, Señor Guardián del Bosque Mágico!
- Perdón? Lo único que me faltaba es que ahora escuché voces que no existen - gruñó severamente el Castor. Su tarea era fundamental para su mundo y hoy en día, diagnosticado por el gurú del bosque, Lechuza de Copa Alta, sabía que era víctima de estrés. Uno de sus síntomas era carraspear continuamente, chasquear sus dientes sin cesar y una intensa necesidad de morder madera.
- Hey, Castor!!! Aquí estoy, mírame! Acércate al lago y mírate en él, estoy descansando sobre tu oreja, la que es muy cómoda por cierto! - dijo Ondina Azul, mostrando el gusto por el placer y buena vida de las hadas.
- Uy, qué alivio, es cierto. Ya que estas allí podrías sacarme una pelusita del oído... hace rato me hace escuchar cosas raras, voces lejanas que dicen debo cumplir una misión de vida o muerte.
- Pero... con todo respeto Castor... yo recién despierto a la vida, estoy limpita y sin pelusas en los oídos... sin embargo escuché lo mismo que tu!
- Dices que compartimos un mismo delirio??? - el Castor temía mucho perder la cordura, algo común para varios seres del mundo profano.
- No, lo que digo es que yo vine a cumplir una misión, y por eso tengo esta bolsita verde, que se mueve sola porque hay magia dentro de ella - sonrió cómplice Ondina Azul, mientras su bolsita no dejaba de bailar en su cintura, provocándole cosquillas.
- Me dan miedo las misiones... pero... soy el Guardián de este bosque y haré todo lo posible por actuar con valentía, como lo hizo mi tataratataratara... eh... cuántos tátara dije? el estrés también me ha dado tartamudez... en fin... en mi familia hay castores valientes y haré honor a ellos - dijo firmemente convencido el castor, provocando una sonrisa tierna y compasiva de parte de Ondina Azul.
- Bien, Castor, cierra tus ojos, calma tus patas y respira hooooooondoooooooo, que aquí comienza la magia, solo debes confiar - dijo solemnemente Ondina Azul, haciendo uso de una de las herramientas ancestrales más poderosas de todos los tiempos, la voz calma y uso de la respiración.
- Noooooooo! - Se sobresalta el hada del agua sorprendida por una sombra gigantesca, tenebrosa y siniestra.
- Ja ja ja ja ja! Qué pensabas hacer diminuta e insignificante criatura de esa agua estancada? Acaso pensabas que por tener una bolsita llena de mariposas mentirosas ibas a cambiar nuestro destino? Acaso tu no sabes que el dueño, señor, amo y todopoderoso que reina sobre este bosque soy yo? El Mago Realista? - su voz era metálica, densa y oscura, ocasionando un fuerte temblor en las alitas de Ondina Azul.
- Pe... pero... los bosques mágicos no pueden sobrevivir a los argumentos válidos y racionales del mundo real... hasta cuando piensas reinar sobre nuestro mundo?
- Eso a ti no te incumbe pequeño insecto inmaduro, que crees que con volar puedes escapar a los males de este mundo. El mundo es este y vive gracias a mi, este bosque vive gracias a mis plantaciones, a mis sistemas de riego, a mis insecticidas, a mis perros guardianes, a mis obreros que talan los árboles necesarios para construir más casas para modernizar “tu magia” ja ja ja - sonreía sarcásticamente el mago “realista”.
Y en un sólo movimiento de labios pronunció la palabra que acabaría con el propósito del hadita.
- DESPIERTA.
Confundida, atontada y sin saber en qué día estaba, en este preciso momento se despierta Serena, sin comprender del todo que había estado soñando. A pesar de ello entendió el mensaje, puesto que ahora ella sabía cuál era su misión: hacer del mundo real un bosque mágico!